lunes, 21 de septiembre de 2015

Las decepciones de la maternidad.

Me sorprende como pasa el tiempo y cada día te das cuenta de como tu vida o tu maternidad es muy distinta a lo que siempre imaginaste. Yo por ejemplo de chica quería compartir mi vida con alguien a los 23 y tener hijos a los 24 como lo hizo mi mamá y heme aquí con 36 años y una vida muy distinta a lo que imaginaba.

También soñé que si tenía hijos, quería 3 o 5 y heme aquí con uno.

Quise darlos a luz yo, y gracias a mi cuerpo, tuve que tener cesárea. 

Quise amamantarlos durante mucho tiempo para tener ese lazo definitivo del que hablan y solo pude amamantarlo tres meses.

Quise alimentarlo con comida natural, hecha en casa y el changuito hoy comió gerber.

Me prometí a mi misma que nunca iba a entretener a mis hijos con el ipad y el changuito disfruta mucho las aplicaciones de Fisher Price y Baby First.

Y así vienen un sin fin de cosas en la lista de como te imaginaste tu vida y como la vida misma, te dio la vuelta cual tortilla en comal,  y sí, podríamos llamarlas decepciones, pero creo que en realidad son lecciones o aprendizajes. 
Lo que yo he aprendido es a ir cruzando un puente a la vez para poder ver el paisaje y disfrutar el paseo.

Si, no me casé a los 23, pero tengo un hombre maravilloso a mi lado al cual amo con todo mi corazón y que me hace feliz desde hace 14 años, además de ser un padre increíble para el changuito.

Quería muchos hijos, pero la fertilidad decidió otra cosa y ha hecho que mi chango sea un sueño hecho realidad, que cada vez que lo veo sonreír el corazón se me haga pasita y me sienta infinitamente agradecida por tenerlo.

Quise dar a luz, pero mi médico me explico como, en mi caso era un peligro para nosotros y como gracias a la cesárea estaríamos seguros. 

Quise amamantarlo pero no tuve suficiente leche, pero me di cuenta que no importa si es leche materna o de formula, es una cuestión de amor y cuidados lo que nutre a un bebé.

Quise darle comida natural y mi hijo ama el Gerber y me ha hecho darme cuenta de que hay batallas que escoger y como se pueden cambiar posturas con amor y paciencia. Poco a poco he ido entendiendo y venciendo los caprichos de mi hijo, poco a poco he logrado que coma más natural y mejor, también me he permitido abrir frascos cuando se nos viene encima la hora de comer.

También he aprendido que hay momentos y ayudas para todo, como cuando te necesitas 10 minutos de tranquilidad para meterte a bañar y tu hijo anda en la loca y descubres que los canales de bebé son exactamente para eso. 

También he visto bebés y mamás a mi alrededor y he visto cosas que antes veía y criticaba y juzgaba muchísimo, pero ahora las veo y entiendo que cada una de esas cosas con las que no concuerdo están hechas con amor y que cada mamá se enfrenta a los mismos desafíos y los resuelve lo mejor que puede. 

En fin, cada día voy descubriendo como la vida me da la vuelta y me encanta ver como nos podemos adaptar y como claramente uno se la pasa diciendo cosas, tan solo para llegar a ese momento en el que tienes los dedos en la puerta y darte cuenta de que en ese momento haces todo lo contrario a lo que te imaginaste o soñabas y aprendí finalmente a ser indulgente conmigo misma y con mi gente querida, para encontrar el enfoque correcto en esta vida y ver las cosas como sorpresas y no como decepciones, iremos cruzando cada puente, disfrutando cada día y cada experiencia y trataremos de seguir siendo tan felices como lo hemos sido hasta ahora.


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